Las opciones, las decisiones, las expectativas que generamos mientras vamos por la vida. Muchas de ellas están en el azar, están disueltas entre la fortuna y la suerte. Pero ¿qué hay de la consciente decisión que nosotros como seres humanos tomamos? ¿Qué hay de la libertad supuestamente innata de hacer tu propio camino, tu propia vida, tu propio destino? ¿Es eso todo lo que somos? ¿Simples seres de la casualidad, fortuna y suerte?
Probablemente lo seamos, pero a medias. Que ya tengamos un destino predeterminado o una linea que es como un esqueleto al que nosotros ponemos todas las demás piezas. Le vamos integrando músculo, tendones, tejido conectivo, grasa, piel, cabello, junto con los órganos vitales para que así seas una persona conformada en su totalidad. Probablemente los astrólogos, los viejos estudiantes del cosmos tienen algo de razón y tenemos ese destino, esa linea a seguir ya predeterminada por la alineación de las estrellas y los planetas en el momento en el que llegamos a este mundo.
Cada vez me inclino mas a pensar en las alternativas porque lo común generalmente no me llena.
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