Eres un sueño recurrente, una luz al final del camino que no logro alcanzar aun que me esfuerce. Eres sangre, eres vida, haces que el cuerpo se me estremezca cada que despierto por que al final del sueño se que no estarás ahí. Me condenas a una soledad inexplicable, porque no estoy solo y aun así me siento desahuciado. Porque siento que caigo en un abismo inentrañable cuando abro los ojos y me doy cuenta que no estas a mi lado, que no te encuentras por ningún lado, y recuerdo las noches heladas que nuestros cuerpos convertían en tibias. De tus caricias, de nuestros desvelos es de lo que me acuerdo. De tu sonrisa, de las estrellas en tus mejillas. De las platicas tan banales y a la vez tan profundas que hacían que nuestras mentes divagaran por todos lados y nos quedamos juntos admirando el cielo. Extraño eso porque con la tú de mis sueños no lo puedo hacer, no es la tú completa, es solo una vaga memoria de lo que tu fuiste y has sido para mi. Te sueño y seguiré soñandote, no se hasta cuando, solo espero que estés aquí antes de que ese sueño deje de estar ahí en mi mente.
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