30.4.10

Mayo 2001

SUCESION EN LA FACULTAD DE MEDICINA
Eduardo Alzúa Torres

En la actualidad las facultades de medicina en el país cuentan con importantes retos para el futuro. Tal vez el mas importante sea cumplir su rol en la licenciatura de formar médicos generales que cumplan con las expectativas de sus clientes ( pacientes, instituciones de seguridad social, etc.). Por otra parte es indispensable que las universidades se involucren realmente en la educación de posgrado en lo concerniente a las residencias medicas y que hasta la fecha ha sido dirigida casi exclusivamente por las instituciones de salud, dedicándose las facultades de medicina solamente a avalar lo realizado por estas. La maestría en Ciencias Medicas, que en nuestra facultad de Mexicali lleva varios años, es una esperanza que hay que trabajar mucho para consolidar.
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Elegir al líder de la facultad por lo tanto no es un concurso de simpatías, ni el premio por pertenecer a cierta casta burocrática, mucho menos el pago por favores previos y futuros. Se requiere por lo tanto alguien que reúna un perfil. En primer lugar el jurídico de acuerdo a la Ley Orgánica y el reglamento correspondiente. Además los candidatos deben reunir otras características que no es fácil comprobar documentalmente. Algunos de ellos como la honorabilidad, decencia, espíritu académico, visión de futuro, son solamente evaluables por los pares, es decir por nuestros semejantes.
El método para elegir a los directores de las diferentes escuelas ha funcionado de acuerdo a nuestra ley orgánica, producto a su vez de la ley orgánica de la UNAM de los años 40. En ella se establece la decisión por parte de la Junta de Gobierno de acuerdo a propuestas del Rector avaladas por los consejos técnicos. El rector tiene la facultad de “auscultar “ a la comunidad universitaria.
No es gratuito que este procedimiento sea tan vertical ya que esta forma de elegir los directivos de las universidades se da después de terribles experiencias, cuando en la UNAM se llevó a la votación el cargo de rector.

Evidentemente al caos se buscó una salida funcional y en ese momento fue la autoritaria. Tal vez no había otra salida en el México en el cual las elecciones no se respetaban y las oposiciones solamente contaban con la universidad para hacer oír su voz.

Hay que aceptar en primera instancia que la ley orgánica aprobada por el Congreso del Estado en los 50 y los reglamentos de la universidad son el esquema jurídico en el cual se dirimirá la actual contienda.

Por tanto dentro de este esquema tenemos que encontrar a la persona que reúna los requisitos formales y que además sea ampliamente respetado `por la comunidad universitaria y sus iguales.
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Lo que hace ruido definitivamente es el termino auscultar, porque de acuerdo a lo vivido previamente se da en lo “oscurito”, “ hablando al oído” del rector en turno o de cada uno de los integrantes de la Junta de Gobierno. También formando grupos de presión de egresados, estudiantes o de trabajadores para conseguir el objetivo deseado
Hemos sido testigos de cerca que durante los procesos de designación surgen membretes para apoyar a fulano o sutano, que eso son, membretes. Asociaciones de egresados fugaces, apoyadas desde la misma administración. Deberíamos archivar estos métodos de apoyo dentro del basurero de nuestra historia, pues reflejan grilla barata muy lejos del espíritu universitario.

Deberíamos pedirle a quien tiene la facultad de decidir que realmente pueda tener una metodología adecuada para elegir al o la profesional que sea un académico intachable, una persona honesta, una persona con capacidades administrativas con una visión a largo plazo, capaz de fijarse altos objetivos y que sea respetado por sus iguales. El concepto de universidad ha cambiado con la globalidad, reconozcámoslo. Lo primero que hay que cuidares la autonomía de la universidad, pero esto no priva, en absoluto, del derecho que tiene la comunidad médica en general y de los egresados en particular de opinar sobre las personalidades de quienes pretenden dirigir nuestra facultad. Estamos pues ante la cosa publica, no un negocio privado

Van una serie de ideas. Señor Rector; Distinguidos miembros de la Junta de Gobierno. La universidad ha desarrollado grupos muy profesionales que han permitido elaborar encuestas dentro de diversos ámbitos. Considero que esta es una excelente oportunidad para que de manera científica, y no de grilla, se pueda realizar una verdadera “auscultación” de la comunidad universitaria, de los egresados y del gremio médico en general. No como medida de presión, sino como una información para una adecuada toma de decisión `por parte de quienes la ley faculta. Los tiempos han cambiado, cambiemos nosotros. Va un ejemplo. Durante los días 4 y 5 de mayo públicamente y tratando de no introducir sesgo algunos se formuló una pregunta en el servicio de urgencias del Hospital General acerca de su opinión acerca de quien debería ser el director de la facultad a 15 personas, ya sea egresados de la facultad o estudiantes de la misma. Se propusieron tres nombres entre ellos el Dr. José Antonio Ordóñez Calderón quien obtuvo trece menciones y el Dr. Jaime Enrique Hurtado de Mendoza con dos. En primer lugar hay que aceptar que este sondeo de opinión no es metodológicamente valido por la muestra y muchísimas limitantes mas, sin embargo puede ser un camino para que el Sr. Rector y la Junta de Gobierno tengan la mejor información para que la decisión sea la adecuada.
Esperemos que esto resuelva la paradoja que contemos con un rector que esta obligado a velar por la democracia dentro del Consejo Estatal Electoral y no se aplique la mínima dosis de la misma en la universidad. No se vale ser candil de la calle y oscuridad en la casa

nota: 9 años despues, esto sigue siendo la situacion actual

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