De ser perverso, implacable, tirano, esclavo y arrogante... del que tu vida no tiene sentido cuando vas cayendo por esa espiral infinita con la inminente sensación de que tarde o temprano habrá una barrera en la cual vas a terminar embarrado.
De eso trato de hablar hoy, pero ¿para qué? Tal vez por el simple hecho de encontrarme perdido en mis pensamientos, en la parte mas oscura de ellos, el lugar a donde nadie ha podido entrar.
De esos momentos en los que el mundo es negro y no hay blanco que ilumine el camino. De esa oscuridad que todo toca, todo mancha, todo impregna. En esa espiral en la que uno cree va a pasar el resto de su vida... hasta que alguien por pura curiosidad mete su mano en ese cuarto tenebroso y que por pura casualidad genera un cambio en ese espacio-tiempo-persona que resplandece a varios niveles, y que el foco fluorescente que en algún tiempo iluminaba esa sala, vuelve a prenderse.
De esas veces en las que la electricidad no es necesaria por el simple hecho de que la química genera mas calor que una planta termonuclear. De esas veces en las que las reacciones y los atomos y las estructuras se sincronizan y se complementan y se alinean, se puede crear lo que se quiera.
De por qué estoy así? Porque tú asi lo quisiste. Sí, tú. Pero no te culpo, probablemente yo hubiera hecho lo mismo, o algo peor. Mientras tanto seguire así, espero lo entiendas... y espero entenderlo algún día yo también. Porque aunque ya no esté en esa espiral, no se qué es lo que sigue...